El envejecimiento de los trastornos alimentarios: Mujeres de mediana edad luchan contra la devastadora enfermedad

La elevada mortalidad asociada a los trastornos alimentarios

Con una tasa de mortalidad superior a la de cualquier otra enfermedad mental, incluida la depresión, la concienciación sobre los trastornos alimentarios debería impregnar tanto a la sociedad como a la comunidad médica. Lamentablemente, no es así.

Aunque es difícil encontrar a alguien que no esté familiarizado con la campaña de concienciación sobre el VIH/SIDA, los trastornos alimentarios no están a la cabeza de las donaciones para concienciación, investigación, tratamiento o recuperación.

Una enfermedad mal entendida

Esto puede deberse en parte a las características de los trastornos alimentarios, que suelen ser malinterpretadas y subestimadas. Aunque las adolescentes y las modelos de moda suelen ser consideradas como las víctimas de los trastornos alimentarios, en realidad tienen mucha compañía.

Trastornos alimentarios son delincuentes con igualdad de oportunidades, que traspasan las fronteras económicas y culturales y saltan los límites de la edad y el sexo. Los trastornos alimentarios son enfermedades tratables y la recuperación total es posible. Sin embargo, sin el tratamiento y el apoyo adecuados, el camino puede ser terriblemente largo y arduo, plagado de contratiempos e imposible de recorrer en solitario.

Aumento de la incidencia en mujeres mayores

En los últimos 5-10 años, hemos observado un número creciente de mujeres mayores que buscan tratamiento para los trastornos alimentarios. Es difícil, si no imposible, calcular con exactitud cuántas mujeres sufren trastornos alimentarios en la mediana edad.

Según información de la Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados (ANAD), es importante recordar que la capacidad de cuantificar cifras puede ser un reto, sobre todo porque las personas que luchan contra un trastorno alimentario suelen negar su enfermedad, y las hospitalizaciones suelen centrarse en las consecuencias físicas de la enfermedad, más que en la enfermedad en sí.

Las verdaderas cifras sobre quién padece un trastorno alimentario

Según un estudio realizado en 2006 por investigadores austriacos, incluso las mujeres de 60 años estaban descontentas con su peso y su figura, y un pequeño porcentaje sufría trastornos alimentarios en toda regla. Los investigadores descubrieron que, entre 475 mujeres de 60 a 70 años, el 60% se declaraba insatisfecha con su cuerpo y el 4% cumplía los criterios para ser diagnosticada de un trastorno alimentario.

Aunque muchas cosas pueden desencadenar trastornos alimentarios, las investigaciones han demostrado que la herencia y la genética pueden hacer que algunas personas sean más susceptibles. Aunque la Eating Disorders Coalition informa de que entre el 50 y el 80 por ciento del riesgo de padecer trastornos alimentarios está relacionado con la genética, la genética por sí sola no es el destino. La enfermedad de la adicción se manifiesta en la relación con la comida y el cuerpo de las personas con trastornos alimentarios.

Tres categorías identifican a las mujeres mayores con trastornos alimentarios

Existen tres categorías principales de mujeres mayores con trastornos alimentarios:

• Mujeres que han luchado en secreto contra un trastorno alimentario durante años sin buscar tratamiento (muchas de las cuales han recibido tratamiento por abuso de sustancias).
• Mujeres tratadas cuando eran más jóvenes por un trastorno alimentario que ahora ha reaparecido
• Mujeres que desarrollan por primera vez un trastorno alimentario en la edad adulta.

A cualquier edad, un trastorno alimentario tiene su origen en una profunda inseguridad y en un miedo abrumador a perder el control. La gestión compulsiva de la comida, ya sea mediante dietas extremas, purgas o atracones, proporciona a las personas con trastornos alimentarios una "solución" emocional, una sensación de poder y control; pero sólo hasta que la siguiente crisis se desata (memoria emocional interna, profundamente enterrada).

Orígenes de los trastornos alimentarios

Suele haber un conjunto de factores de estrés que suelen darse en la mediana edad como potentes catalizadores de la aparición -o reaparición- de trastornos alimentarios en etapas posteriores de la vida, entre los que se incluyen:

• Problemas de relación
• Divorcio
• Problemas parentales
• Fallecimiento de un progenitor
• Dificultades profesionales
• Tensión financiera
• Síndrome del nido vacío
• Cambios emocionales y fisiológicos provocados por la menopausia
• Temores asociados al envejecimiento
• Deseos de parecer más joven y esbelto de lo que la edad permite

Como ya se ha indicado, los factores ambientales, el énfasis de la sociedad en la apariencia y la idealización de la delgadez, y los acontecimientos vitales estresantes, traumáticos o perturbadores son factores desencadenantes, y si existe una predisposición genética, las probabilidades no están a su favor. Afortunadamente, para hacer frente al aumento del número de mujeres mayores que buscan tratamiento, centros para trastornos alimentarios están empezando a desarrollar un asesoramiento y un tratamiento específicamente orientados a las necesidades de esta población.

Aceptarse a cualquier edad

Independientemente de la edad, para alguien con un trastorno alimentario, las voces internas de la anorexia, la bulimia y la sobrealimentación compulsiva gritan que la autoestima se mide por el aspecto físico y que la autoestima es siempre cero (o menos).

Sin embargo, la verdad es que la felicidad y la autoestima son tareas internas que surgen de quererse y aceptarse a uno mismo por lo que realmente es y de emprender acciones que generen estima. Eso sólo es posible con una recuperación de por vida en el contexto de una comunidad de recuperación siempre presente y que ofrece un gran apoyo.

 

Publicado en EatingDisorderHope.com