Consejos para las fiestas

El periodo festivo puede suponer un reto adicional para las personas afectadas por trastornos alimentarios, y el hecho de centrarse más en la comida puede generar ansiedad y pensamientos negativos. Es importante identificar y hablar abiertamente sobre qué cosas pueden causar estrés o preocupación, tanto para la persona que se está recuperando de un trastorno alimentario como para quienes la apoyan en su recuperación. Acordar las cosas de antemano puede facilitar un poco las cosas ese día. Estos son algunos consejos que otros han encontrado útiles en el pasado.

Paciencia

Sé amable contigo mismo y aléjate de las expectativas rígidas. Mantén los planes flexibles. Ten en cuenta que el trastorno alimentario puede utilizar este momento como una oportunidad para reforzar su voz. Piensa en lo que podrías hacer en esta situación para evitar que los pensamientos se apoderen de ti. Los trastornos alimentarios no se toman vacaciones de Navidad, si te sientes abrumado o no disfrutas de cada minuto de la Navidad recuerda que no es culpa tuya. Si tienes problemas con una comida, recuerda que puedes tomarte un descanso y volver a ella cuando estés preparado.

Entorno seguro y propicio

Si la persona a la que apoyas necesita hacer una pausa en la comida, puede ser útil que la distraigas de los pensamientos negativos. Algunas personas pueden querer pasar tiempo a solas. Recuerda que TODOS los alimentos (a menos que sean venenosos o alergénicos) tienen cabida en una dieta sana, así que intenta
Aléjate de las ideas de alimentos "buenos" y "malos". La Navidad no es el momento de preocuparse por los alimentos menos nutritivos, son sólo unos días. Limite las cosas que puedan causar estrés o ansiedad a la persona en recuperación: esto significa dejar de lado los sustitutivos de comidas, los alimentos dietéticos, las básculas, etc., y mantenerse alejado de las discusiones en torno a la comida, la salud y el peso.

Intente no controlar ni comentar lo que come. Este enfoque bienintencionado puede aumentar las ganas de darse un atracón en las personas con TDC. Del mismo modo, intenta no hacer comentarios si la persona a la que apoyas come menos de lo que esperabas. Concéntrese en ayudarla a sentirse segura y cómoda. Para muchas personas en recuperación, las charlas en torno a la mesa en las que no se habla de comida pueden ser una fuente útil de distracción.

La familia y los amigos pueden alegrarse de ver que alguien que se está recuperando tiene un aspecto sano y saludable y pueden querer hacer comentarios sobre su aspecto. Sin embargo, esto no siempre ayuda a la persona, ya que puede centrarse en su peso. Puede ser bueno advertir a la familia/amigos sobre esto de antemano. No hay pruebas de que las dietas "de desintoxicación de enero" hagan nada por el cuerpo, salvo privarlo de alimentos esenciales.
nutrientes. Hablar de esto no ayuda a la recuperación del trastorno alimentario y se asemeja a los patrones alimentarios desordenados que las personas en recuperación intentan superar. Del mismo modo, es mejor no hablar de ningún propósito de Año Nuevo basado en la comida.

Planificar con antelación

Puede que no sea posible seguir su rutina y su plan de comidas habituales durante los días de Navidad. Piense en cómo sería si encontrara un equilibrio entre seguir el plan y disfrutar, y mantenga este nuevo plan lo más flexible posible. En vísperas de las fiestas puede ser útil encontrar algunas ideas de comidas con las que todos estén de acuerdo de antemano.

Planifique con antelación los "alimentos difíciles" para ayudar a reducir los pensamientos negativos. Por ejemplo, pregúntese "¿cuántos bombones estaría bien disfrutar, sin que me produzcan ansiedad?". Tener un rango en lugar de un número fijo ayudará a evitar el pensamiento rígido. Si se siente ansioso después de comer, recuerde que sabe que esa cantidad está bien. Si te pasas o te quedas corto, no seas duro contigo mismo.

También puede ser una buena idea pensar con antelación en el tamaño de las raciones de la comida de Navidad y del postre, e implicar a los miembros de la familia en esto como apoyo. Comunicarse con la familia puede ser difícil si alguien está luchando contra un trastorno alimentario. Podéis planear juntos cómo queréis comunicaros. Por ejemplo, a algunas familias les gusta planificar un momento determinado para hablar de cualquier asunto. Otra idea podría ser utilizar un sistema de colores, en el que la persona que se está recuperando deja una tarjeta verde fuera de su casa.
puerta de la habitación para cuando sientan que lo están haciendo bien, una tarjeta amarilla para cuando les cueste un poco y una tarjeta roja para cuando les resulte muy difícil.

Y por último, Redescubrir el disfrute social de la comida forma parte del proceso de recuperación. Dependiendo de la fase de recuperación, estas Navidades pueden ser una oportunidad para ayudar a fomentar una relación más sana con la comida, con el apoyo y la compasión de familiares y amigos.

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