Aunque uno de los síntomas de los trastornos alimentarios puede ser la obsesión por el peso, ésta es sólo una pieza de un rompecabezas mayor, afirman los expertos.
Un trastorno alimentario puede desarrollarse cuando una persona intenta tratar la falta de control que puede tener en otras áreas de su vida mediante un control extremo sobre la comida y el ejercicio.
Y aunque los trastornos alimentarios son únicos para cada individuo que los desarrolla, hay algunas señales de advertencia a las que se puede estar atento:
- Mayor estrés e irritabilidad a la hora de comer
- Ejercicio compulsivo
- Pensamientos rígidos sobre si la comida es "buena" o "mala".
- Comer solo o desaparecer inmediatamente después de una comida familiar.
- Preocupación por el peso y la imagen corporal, que puede ir acompañada de una visión distorsionada de su tamaño y forma.
- Acaparar o robar grandes cantidades de comida
- Alejamiento de amigos y familiares
Existen otros tipos de trastornos alimentarios además de los "tres principales" en los que solemos pensar: anorexia, bulimia y trastorno por atracón.
Por ejemplo, los médicos informan de un aumento de los casos de ortorexia, que es una obsesión por comer sólo alimentos "limpios" y "sanos".
Guía para padres
Para los padres en particular, estar atentos a este tipo de señales y hablar abiertamente de los trastornos alimentarios con sus hijos puede evitar consecuencias perjudiciales en el futuro.
La Dra. Pei-Yoong Lam, pediatra del programa provincial especializado en trastornos alimentarios del Hospital Infantil de Columbia Británica, afirma que otros signos físicos en las mujeres pueden ser periodos irregulares, y añade que si esto ocurre con regularidad, hay que hablar con un médico de familia.
"Otros signos comunes [son] desmayos, episodios de mareo y manos y pies fríos cuando en realidad no hace tanto frío", explica a Global News.
La Dra. Jennifer Coelho, psicóloga del mismo programa, añade que los jóvenes también pueden llevar ropa holgada para ocultar la forma de su cuerpo.
Lam dice que otros signos son la dificultad para respirar, más caries y la erosión del esmalte de los dientes debido a los vómitos o a comer alimentos más ácidos. El estreñimiento y la hinchazón también son frecuentes: "Si comes de forma irregular, no estás estimulando tu intestino".
Coelho añade que a veces simplemente hay falta de hambre y esto es resultado de ese ciclo irregular de alimentación.
Los trastornos alimentarios también se asocian a síntomas de baja autoestima y pensamientos negativos sobre el propio cuerpo. Lam afirma que los jóvenes (al igual que los adultos) desean tener un cuerpo perfecto y pueden llegar a extremos para conseguirlo.
Y con los adolescentes conectados constantemente a las redes sociales, es importante que los padres se fijen no sólo en el tipo de conversaciones que mantienen sus hijos, sino también en lo que hacen en Internet.
"Lo que escuchamos de los padres cuando los niños llegan a urgencias es que eran conscientes de que su hijo había hecho cambios para centrarse en una alimentación saludable y pensaban que era genial", dice Coelho, y añade que a menudo es difícil reconocer cuándo se convierte en un trastorno.
"Mi mensaje sería una comunicación abierta y transparente con su hijo sobre cuáles son sus actividades en Internet", dice Lam. "Estas cosas se pueden hablar en familia y no [mantenerlas] en secreto".
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